Vivimos en una época tecnológica donde somos hiperestimulados por todos lados, y esto puede afectar directamente en nuestra productividad. ¿Cuántas veces no te has sentado frente a trabajar y sin darte cuenta, ya te encuentras revisando tu teléfono? La productividad no se trata de trabajar más, sino de concentrarte mejor. Los bloques de foco intenso —periodos dedicados sin interrupciones— son clave para lograrlo. Hoy queremos compartir contigo 3 tips para lograrlo.
El método Pomodoro adaptado
Divide tu jornada en bloques de 25 minutos de trabajo profundo, seguidos por 5 minutos de pausa. Después de cuatro ciclos, date un descanso más largo. Algunos prefieren 50/10 o incluso 90/20. Lo importante no es la fórmula, sino proteger tu tiempo de enfoque como si fuera una reunión con tu futuro yo.
Modo avión mental
Antes de iniciar un bloque de trabajo profundo, cierra pestañas, silencia notificaciones y despeja el escritorio. Apaga el celular o déjalo lejos. Este ritual, aunque sea breve, prepara al cerebro para entrar en modo de concentración real, sin interrupciones externas.
Planificación visual
En lugar de una lista de tareas infinita, usa tu calendario para bloquear horarios específicos con actividades concretas. Visualizar los bloques en color ayuda a priorizar mejor y reduce la sensación de improvisación. Así, tienes claridad sobre qué toca y cuándo.
Una rutina con intención
Diseñar bloques de foco no solo mejora tu rendimiento: te permite recuperar energía, reducir el hábito de las multitareas y avanzar con mayor claridad. En equipos remotos e híbridos, este procedimiento se ha convertido en una herramienta poderosa para cuidar el tiempo y la mente. Como siempre, esperamos que este blog sea de ayuda para ti.