El tiempo que pasamos en el trabajo a veces resulta ser más que el que pasamos en casa para descansar o realizar tareas de limpieza y ocio, y si le agregamos que tenemos que desplazarnos a otro sitio para laborar, las horas que nos quedan libres se reduce notablemente y esto puede generar estrés y ansiedad que afectan nuestro desempeño y la forma en que nos desenvolvemos con nuestros compañeros de trabajo.

La realidad es que hay muchos trabajadores que están en empresas que no cuidan su salud física y mental lo cual desencadena que tengas más probabilidades de sufrir depresión. Una salud mental deteriorada en el lugar de trabajo puede ser el reflejo de prácticas de gestión, prioridades y valores deficientes que posteriormente se traducen en una exigencia laboral y bajos recursos.

Pero ¿Cómo podemos identificar un ambiente laboral tóxico?, una de las señales más notorias es la falta de comunicación entre jefes y empleados o entre el mismo equipo de trabajo lo cual puede derivar conflictos. Los elevados niveles de estrés son un signo de toxicidad en el trabajo, sobre todo cuando existe una alta demanda de exigencia, que nos ocupa más tiempo que nuestro horario establecido y los recursos que tenemos disponibles.

La mala relación que podamos tener con la empresa o incluso con nuestros compañeros de trabajo también generan un ambiente tóxico. Si no trabajamos a gusto porque la empresa no nos procura o sentimos que damos más de lo que recibimos eso nos genera una carga emocional negativa que tarde o temprano sale a la luz, al igual que el hecho de llevar una mala relación con nuestros compañeros, por eso es mejor saber diferenciar entre lo laboral y lo personal y mantenernos siempre del lado correcto.

Las malas condiciones laborales es otro factor determinante de toxicidad en el trabajo. Y esto puede abarcar muchos aspectos, desde no tener las herramientas de trabajo en buen estado, no contar con un lugar cómodo para trabajar o incluso tener un contrato precario sin ninguna prestación adicional puede generar molestia, estrés y un ambiente tenso. Y si ya estoy en un trabajo tóxico ¿qué puedo hacer para sobrevivir?, pues bien, puedes seguir alguno de estos consejos:

1. Preguntarte por qué estás ahí: El hacernos algunas preguntas sobre por qué y para qué estamos en ese lugar de trabajo, puede darnos la respuesta y nos permite enfocarnos en situaciones más positivas o realistas. Es decir, si la paga es buena, o si nos gusta el trabajo que desempeñamos.

2. Crear un espacio seguro: En un ambiente laboral tóxico muchas veces pareciera que estamos rodeados de negatividad. Busca un espacio dónde puedas tener paz, confort y soledad por unos momentos.

3. Toma una pausa: Hay situaciones dentro de un trabajo tóxico que nos afectan demasiado emocionalmente, así que cuando sientas que ya no puedes más o el estrés es demasiado, toma un momento para respirar y relajarte. Incluso puedes realizar algunos ejercicios de respiración y relajación.

4. Debes enfocarte en lo positivo: La forma en la que vemos las cosas siempre es una elección constante, así que tenemos que ver lo positivo dentro nuestro trabajo y encontrar lo que nos motive a estar ahí.

5. Desahogarse: En ocasiones cuando ya no podemos más es bueno sacar todas esas emociones, así que si tienes ganas de llorar, hazlo, o platicalo con alguna persona de confianza, pero siempre fuera del horario laboral, no te lleves esas emociones al trabajo porque solo serán una barrera para tu desempeño.

6. Rodearte de gente afín: Sabemos que hay empresas que cuentan con muchos empleados y es imposible que congeniemos con todos ellos, por eso trata de rodearte de personas que piensen muy parecido a ti y compartan cosas en común.

7. Planifica el futuro: Si tu idea es salir de ese ambiente tóxico, debes planificar el futuro y ver las posibilidades que tienes de cambiar de trabajo y en cuánto tiempo.

Lo mejor es siempre evitar que este ambiente se genere en nuestra empresa u oficina. Ven y conoce nuestros espacios, en Biz-it siempre procuramos tener un ambiente laboral sano, cómodo y confortable.

Escrito por Ivonne Navarrete