La Inteligencia Artificial (AI) es un avance tecnológico en el que las máquinas o los robots, imitan la inteligencia humana para llevar a cabo tareas. A medida que más y más servicios de entretenimiento en línea, streaming, servicio al cliente y sistemas de atención médica adoptan las nuevas tecnologías, es probable que hayas experimentado algún tipo de acercamiento sin siquiera notarlo.
Si bien, la Inteligencia Artificial sigue siendo una tecnología relativamente nueva, su impacto ha sido rápido—logra que las compras sean más sencillas, que la atención médica sea más inteligente y que la vida diaria sea más cómoda. Las empresas también están reconociendo sus beneficios y se estima que en unos años, más del 80% de las empresas hagan uso de ella.
Aunque las nuevas tecnologías tienen muchos beneficios tanto para las empresas como para los consumidores, también dan lugar a una serie de problemas de privacidad de datos. Entre los más visibles son:
Explotación de datos
Uno de los grandes atractivos de la AI es su capacidad para recopilar y analizar cantidades masivas de datos de diferentes fuentes para aumentar la compilación de información para sus usuarios.
En la mayoría de los casos, la recopilación de datos realizada en estos sistemas, incluidos los datos personales, puede ser explotada por las empresas para obtener información de marketing que luego utilizan para la participación del cliente o para vender a otras empresas.
Identificación y seguimiento
Algunas aplicaciones de AI, como los coches autónomos, tienen la capacidad de rastrear su ubicación y hábitos de conducción para ayudar al coche a entender su entorno y actuar en consecuencia. Si bien esta tecnología puede ayudar a que los automóviles sean más seguros e inteligentes, también abre más oportunidades para que la información personal se convierta en parte de un conjunto de datos más grande que se puede rastrear a través de diferentes dispositivos en el hogar, trabajo o espacios públicos.
Predicción de algoritmo
La AI puede usar algoritmos de aprendizaje automático para asumir qué información deseas ver en internet y en las redes sociales, y luego proporcionar información basada en esa suposición. Puedes notar esto cuando recibas resultados de búsqueda personalizados de Google o una fuente de noticias personalizada de Facebook, esto se conoce como una “burbuja de filtro”.
¿Qué te pareció? ¿Habías leído las letras chiquitas de los Avisos de Confidencialidad y Privacidad de estas nuevas tecnologías? ¡Platícanos!